La última versión de Windows, que tenía que haber sido el producto estrella de la compañía norteamericana, se ha quedado muy por debajo de las expectativas
Después de cinco años y medio de desarrollo y tras retrasar su salida varias veces, el 30 de enero del 2007 Microsoft ponía en venta en todo el mundo Windows Vista, la familia de sistemas operativos diseñada para ser la sucesora de Windows XP. Pero en lugar de convertirse en el inmediato y arrollador éxito de ventas que Microsoft esperaba, enseguida comenzaron los problemas.
Los primeros fueron los de aquellos usuarios que en los meses anteriores a la salida al mercado de Vista compraron ordenadores que, aunque venían con Windows XP instalado, tenían una pegatina que decía que se podría instalar Vista en ellos.
En la práctica, estos ordenadores, que iban perfectamente con XP, simplemente no tenían la potencia suficiente como para mover Vista con soltura, lo que convirtió el paso a Vista en una experiencia muy negativa para aquellos usuarios que quisieron actualizarlos, y de hecho es un asunto que está pendiente de un juicio colectivo en Estados Unidos por parte de los compradores de aquellas máquinas contra Microsoft, porque simple y llanamente se sintieron engañados.
Por otra parte, y a pesar de los esfuerzos que realizó Microsoft por poner en manos de desarrolladores de software y fabricantes de hardware versiones previas de Vista para que las fueran probando y así pudieran ir actualizando sus productos para su salida, a muchos les pilló el toro y no estuvieron preparados a tiempo, con lo que muchos programas y hardware que funcionaban correctamente dejaron de hacerlo con la actualización a Vista.
Además, como parte de la decisión de Microsoft de mejorar la seguridad en el funcionamiento del nuevo sistema, Vista llega a ser molesto por el número de veces que le pregunta al usuario si está seguro de lo que está haciendo, a menudo presentándole además mensajes difíciles de entender que no solo le hacen ir más lento, sino que en ocasiones le llevan a cancelar la operación que quería llevar a cabo víctima de la confusión o de la frustración.
Una cara bonita
Después de cinco años y medio de desarrollo y tras retrasar su salida varias veces, el 30 de enero del 2007 Microsoft ponía en venta en todo el mundo Windows Vista, la familia de sistemas operativos diseñada para ser la sucesora de Windows XP. Pero en lugar de convertirse en el inmediato y arrollador éxito de ventas que Microsoft esperaba, enseguida comenzaron los problemas.
Los primeros fueron los de aquellos usuarios que en los meses anteriores a la salida al mercado de Vista compraron ordenadores que, aunque venían con Windows XP instalado, tenían una pegatina que decía que se podría instalar Vista en ellos.
En la práctica, estos ordenadores, que iban perfectamente con XP, simplemente no tenían la potencia suficiente como para mover Vista con soltura, lo que convirtió el paso a Vista en una experiencia muy negativa para aquellos usuarios que quisieron actualizarlos, y de hecho es un asunto que está pendiente de un juicio colectivo en Estados Unidos por parte de los compradores de aquellas máquinas contra Microsoft, porque simple y llanamente se sintieron engañados.
Por otra parte, y a pesar de los esfuerzos que realizó Microsoft por poner en manos de desarrolladores de software y fabricantes de hardware versiones previas de Vista para que las fueran probando y así pudieran ir actualizando sus productos para su salida, a muchos les pilló el toro y no estuvieron preparados a tiempo, con lo que muchos programas y hardware que funcionaban correctamente dejaron de hacerlo con la actualización a Vista.
Además, como parte de la decisión de Microsoft de mejorar la seguridad en el funcionamiento del nuevo sistema, Vista llega a ser molesto por el número de veces que le pregunta al usuario si está seguro de lo que está haciendo, a menudo presentándole además mensajes difíciles de entender que no solo le hacen ir más lento, sino que en ocasiones le llevan a cancelar la operación que quería llevar a cabo víctima de la confusión o de la frustración.
Una cara bonita
Pero, en cualquier caso ,el mayor problema de Vista, mucho más allá de los ya mencionados y que se han ido resolviendo o suavizando con el tiempo, es que para poder sacarlo al mercado sin más retraso del que ya llevaba se le fueron recortando muchas de las funciones más avanzadas que se suponía que iba a incorporar, convirtiéndolo así al final de cara al usuario en poco más que un lavado de cara del interfaz de Windows XP, aunque es cierto que a nivel interno presenta cierto número de mejoras.
En esta situación, en la que los problemas que daba ya son malos para un usuario particular, y no digamos para un profesional que depende de su ordenador para trabajar, o para una empresa con decenas, cientos, o miles de ordenadores, no es de extrañar que el ritmo de adopción de Vista sea mucho menor del que esperaba y deseaba Microsoft, pues es difícil justificar los recursos en forma de tiempo y dinero que exige su implantación; hasta el punto de que muchas empresas han descartado, al menos por ahora, pasarse a Vista, y de que muchos usuarios, a la hora de comprar un ordenador nuevo, antes se aseguran de que sea posible «desactualizarlo» a Windows XP aunque venga con Vista instalado de serie.
De hecho, aunque Microsoft tenía planeado haber retirado ya Windows XP del mercado, e igual que muchos fabricantes de pecés se vieron obligados a volver a ofrecer configuraciones con XP ante las protestas de los usuarios, lo cierto es que se ha visto obligada a seguir ofreciéndolo como opción para aquellos que compren Windows Vista Ultimate o Windows Vista Business, y que todavía se lo venderá a los fabricantes más pequeños de PC al menos hasta el 30 de enero del 2009, para que lo incluyan con sus ordenadores.
En esta tesitura ya no es nada raro ver cómo se compara a Vista con Windows Me, la versión que tenía que haber sustituido a Windows 98 a partir de septiembre del 2000 pero que duró poco más de un año en el catálogo de Microsoft, para ser a su vez reemplazada por XP en octubre del 2001; CNET llegó incluso a incluir a Vista en una lista de los diez peores productos tecnológicos de todos los tiempos.
Bajo todas las miradas
Todo esto coloca a Microsoft en una delicada posición a la hora de desarrollar y sacar al mercado la próxima versión de Windows, que esta misma semana recibía la denominación oficial de Windows 7, y de la que por ahora hay pocos detalles reales.
Desde la empresa se habla de un período de desarrollo para esta versión de tres años, siempre poniendo por delante la calidad frente a la fecha de publicación, con lo que, teniendo en cuenta que la primera versión previa que se distribuyó a los asociados más importantes de Microsoft es de principios de este año, estaríamos hablando de mediados o finales del 2009, o incluso del 2010 como poco, para su publicación. Lo que parece inevitable es que esta nueva versión será acogida con bastante más escepticismo por el mercado que las anteriores, en especial cuando resulta obvio que hoy por hoy hay alternativas más que válidas en el mercado.
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